Maracana-1950

11 de julio de 2006

Zidane

Le habían dicho tantas veces que es el mejor, que cuando el pasado domingo salió al campo a jugar la final de la Copa del Mundo, Zidane ya se lo había acabado de creer. Por eso se propuso saltar definitivamente a la historia, el día menos pensado. De la forma más absurda. No se daba cuenta que ya ocupaba un sitio en ella con pleno derecho. Le salió bien por poco ese penalti tirado medio a lo Panenka.

Pero no le bastaba con eso, y durante el resto del partido fue de los pocos que se salieron del tedio general. Pudo marcar de un cabezazo genial que le habría convertido de inmediato en la quinta corona, junto a Maradona, Pelé… pero Buffón no le quiso hacer el regalo. Movía bien la pelota, como en sus mejores días, giraba sobre sí mismo, se deslizaba por el campo como los ángeles, motivado como no se puede estar más, hasta que …

Hasta que apareció Mr. Hide, el villano, el que no quiere reconocer el público que le aclama incondicionalmente. El que el día de su retirada aún se deja provocar. Pero no era otro, era el mismo Zidane que se ha borrado de partidos forzando tarjetas, que se ha paseado por los campos los últimos años. Que ha hecho entradas impropias de un hombre de su clase.

Zidane le ha dado mucho al fútbol. A la selección francesa, al Girondins, a la Juventus, algo menos pero con momentos de grandeza al Real Madrid. Pero no es sólo el artista, el mago, que queremos ver. El día de su retirada quedó retratado en todas sus facetas, para lo bueno y para lo malo.