Maracana-1950

10 de abril de 2008

Liverpool 4 Arsenal 2



Benítez sabía ya de inicio que para pasar la eliminatoria tendría que ganar el partido. Para ello, y pensando en marcar desde el inicio, dispuso al equipo con un 4-4-2, con Torres y Crouch en punta, y Gerrard y Kuyt ligeramente por detrás, en banda. Le salió mal, pues lo que provocó fue que los dos pivotes, Mascherano y Alonso, fueran más defensivos que nunca, ante las acometidas del equipo londinense.

Wenger, dispuso un 4-4-1-1, con Hleb de falso punta, bajando al medio campo, junto a Cesc y Flamini. Esto ocasionó una superioridad numérica en el centro del campo, que tocaba a sus anchas, y generaba oportunidades de gol. Fruto de ello fue el primer tanto del partido, que se veía venir.

La posesión del balón se repartía casi al 50%, pero para los reds no se convertía en nada provechoso, mientras el Arsenal hacía lo que más le gusta. Los laterales suben a sus anchas y el partido tiene un color claro. Su único punto negro para entonces era el elevado número de fueras de juego en los que caía Adebayor.

Una serie de hechos provocan un cambio en esta situación: Benítez se da cuenta de que tiene demasiada gente arriba, y hace caer en banda a Torres, dejando sólo en la delantera a Crouch. Gerrard se va al centro, su posición natural, mientras Kuyt permanece en banda derecha. Los recursos del Liverpool quedan patentes en la acción del empate. Cuando aún está por confirmar la mejoría comentada, Hippya despista a Senderos (1º de los fallos del suizo), e iguala la eliminatoria en jugada de estrategia, a la salida de un corner. Todo ello, junto a la lesión de Flamini, el mejor socio de Cesc, hace que los de Wenger empiezen a sufrir. Desaparece la fluidez de los primeros minutos, y el Liverpool lleva el partido a su terreno, la velocidad y la presión.

El segundo tiempo confirma la tendencia de los últimos minutos de la primera parte. Ahora los laterales que suben son los de los locales. Mascherano ya no está tan asfixiado, Xabi Alonso puede pensar también en atacar, Gerrard se anima incluso a disparar a puerta. Para entonces, el Arsenal ha perdido el empuje de la primera media hora, y Cesc ha desparecido. Fruto de todo ello es el golazo de Torres, con Senderos defendiendo de nuevo a metro y medio. El Arsenal sigue ordenado, pero ya no toca, así que ha perdido lo mejor que tiene. El Liverpool ha aprovechado sus recursos para llevar el partido a su terreno.

A falta de quince quince minutos Benítez decide dar aire al equipo, y resguardarse más en defensa. Quita a Crouch y saca a Babel, que entrará por banda izquierda, pasando Torres a la punta. Poco después quita del campo al madrileño, y saca al noruego Riise, que ocupará la banda, dejando a Babel sólo arriba. El refreso sienta bien al equipo, pero en una contra, y cuando ya no se esperaba, Walcott, que llevaba poco en el campo, dribla a todos los rivales y deja el empate en bandeja a Adebayor, que no perdona. Los pecados del Arsenal habían sido perdonados... O al menos eso parecía, pero a los rojos les quedaba otra vida más, y Babel provocó dos goles en los últimos minutos que decidieron la eliminatoria.

Como resumen creo que Wenger soñaba con jugar 90 minutos como los 30 primeros, pero Benítez es perro viejo y sabe reconducir un partido. En cualquier caso, el Arsenal demostró otra vez que le falta carácter, lo que a veces les pasa a los equipos que andan sobrados de técnica.