Fin de semana. Nada de fútbol

El Real Madrid se ha proclamado campeón de Liga también en baloncesto. Juan Plaza y sus jugadores merecen un gran aplauso porque la temporada blanca ha sido magnífica. Tras un inicio fortísimo (estuvieron varios meses imbatidos), supieron sobreponerse a la dolorosa derrota de la final de Copa, y se hicieron con la Uleb. El apretón final del Tau les privó de afrontar como líderes los play off por el título liguero, y en algunos momentos de la eliminatoria contra el Juventud pareció que el equipo estaba cansado y que serían los de Badalona los que llegarían a la final. No sólo se sobrepusieron a eso, sino que han dado lo mejor de ellos mismos ante el Barcelona, un equipo con gran talento que ha fallado en algunos momentos decisivos. La eliminatoria la resumiría así:
Primer partido: equilibrado, pero con ligero dominio del Barcelona, al que en los últimos minutos se el encoge la mano, todo lo contrario que a los blancos. Creo que este partido es la clave de la final.
Segundo: parecido al anterior, pero al revés. Dominio del Real Madrid, sin grandes diferencias. El Barcelona se acercó varias veces, pero cuando se puso delante fue incapaz de mantener el tipo.
Tercero: inicio espectacular de los azulgranas, que sin embargo luego se dejan cazar. Cuando mejor lo tenía, el Madrid tuvo un bajón y el arreón final del Barcelona forzó el cuarto partido.
Cuarto: el más claro, el Madrid fue un vendaval, y para nada pensó en que aún le quedaba el quinto en casa. Escasa resistencia del Barcelona.

Destacaría a Reyes y Bullock por el equipo campeón, sin olvidar los triples inverosímiles de Charles Smith. Del Barcelona no me atrevo a seleccionar a ninguno, aunque Navarro sigue siendo la referencia. No ha sido una mala temporada tampoco para los culés, aunque el final haya sido frustrante. Ganaron la Copa, y le sobraron unos minutos del partido ante Unicaja para hacerse con un hueco en la final four europea. Lo peor ha sido la irregularidad, propia de un equipo que rebosa calidad pero algo falto de continuidad y de juego interior.

Televisión española enloquece. No hay otra posibilidad. Si no, no me entra en la cabeza que hagan una versión reducida del telediario de al mediodía del sábado, para poder ver entrenamientos de motos.

En las noticias, y en muchos periódicos vuelve a obviarse el nuevo título mundial de nuestra selección de hockey patines. No basta con ganar el partido de cuartos por ocho a cero, ni la semifinal a Italia por seis a cero (¡impresionante!), ni la final al anfitrión, Suiza, por ocho a uno. Menos mal que se han podido ver los partidos por teledeporte. Pero para que este deporte, que es sin duda en el que dominamos con mayor claridad a nivel internacional, sea noticia, hace falta otra cosa. Por ejemplo, que Cataluña quiera formar selección, lo cual, por cierto, tampoco me hace feliz. Pero me revienta que sólo en ese caso le dediquen atención.

El Pozo de Murcia gana por segunda vez consecutiva la liga de fútbol sala. Dos partidos muy apretados, en los que no se vio a Interviú tan bien como otras veces.

Después de unos días turbulentos, hay más tranquilidad en McLaren, o al menos eso quieren que creamos. Está por ver si Alonso será capaz de remontar, o de mantener silencio si su compañero le sigue superando. No es la especialidad del asturiano, mal perdedor donde los haya, que además está protegido por Lobato y otros presuntos periodistas que sólo ven lo que quieren ver y cuyos comentarios son verdadera basura periodística. Que en Inglaterra hagan lo mismo, si es que lo hacen, desgraciadamente no me consuela.

Comienza Wimbledon. Pocas opciones para Nadal, en un torneo que se le puso a huevo el año pasado. En esta superficie todo cambia, y muchos de los que en tierra no pueden ni hacerle sombra en hierba si le pueden meter en serios aprietos.