Maracana-1950

29 de octubre de 2006

Menos Flores

Quique Flores me parece un buen entrenador, que dispone actualmente de una plantilla excepcional, y que no tiene muy buen perder.
Tras caer con el Racing hace una declaraciones en la que afirma que lo han hecho “ante un rival inferior”. En la rueda de prensa anterior al partido aseguró que esperaba que no se repitieran los errores que se produjeron en la salida anterior del equipo, cuando “se apiadaron del rival”. Su objetivo era volver a “la normalidad”, para él eso significa ganar.
¿Cabe mayor prepotencia?

Mientras, Rijkaard continúa haciendo autocrítica, reconociendo errores y buscando respuestas rápidas. Ese es el camino de los ganadores, a mí entender. Pensar que te puedes equivocar, y nunca, nunca, menospreciar a los demás.

24 de octubre de 2006

El día después

No vi el partido del Domingo entre el Real Madrid y el Barcelona. La ración de deporte quedó saturada con la aburrida (como casi siempre) carrera de coches, sólo salvada por el instinto animal de Schumacher. Suelen resultarme monótonas, quizá porque me da la impresión de que no hay muchas situaciones cambiantes, o porque yo no sé apreciar los pequeños detalles. El caso es que el mejor momento para mí es cuando entran en boxes. El comentarista que en la vuelta de calentamiento siempre dice que no parpadeemos debe ver carreras distintas a las que ponen en mi televisión. Por cierto es un poco prepotente, tiene mucho que aprender de su compañero Lobato, que derrocha pasión por los cuatro costados.

Alonso reculó, lo cual se le da fenomenal, lo bueno de este piloto es que se adapta a las circunstancias, porque las pocas veces que le toca ser agresivo, como son las salidas o cuando tiene que remontar, lo hace igualmente a la perfección. Y sin atacar queda segundo. Lo malo para mí es que creo que no sabe ganar ni perder, en cualquier caso tiene que montar el número. Pero el saber estar no es como conducir, no se puede aprender, se tiene o no se tiene.

Así que del fútbol no debería opinar. Un Domingo a esa hora me da pereza salir a verlo. Pero algo diré. Veo la alineación del Barcelona y no me convence. Sólo un defensa titular del año pasado, poco premio para unos jugadores que entonces encajaron dos goles en octavos (Chelsea, el segundo de penalty injusto en el descuento del segundo partido, con la eliminatoria ya decantada), ninguno contra el Benfica, lo mismo contra el Milán, y uno en la final de Paris. No sé si Rickjard valoró el encuentro en su justa medida, tengo dudas, porque dejar a Márquez en el banquillo es difícil de comprender. La falta de Etoó se nota mucho, pero más la escasez de hambre de un equipo que ya lo ganó casi todo el año pasado y que en este corre el peligro de encontrarse cómodo en la derrota. La sociedad actual tiende a buscar la comodidad, y eso se refleja en el fútbol también. En los viejos tiempos eso no pasaba, una victoria no significaba quedarse sin motivos para seguir peleando. El mejor fue Messi, da gusto verle correr, este si que parece de otra época, es uno de esos futbolistas de verdad, que corren como gacelas y encima desbordan mientras van a toda velocidad.

Tiene una tarea dura el entrenador, quizá imposible, pero al menos debe sacar a los mejores. Ganar la Liga no sería tan difícil, sólo tiene tres rivales, el Valencia, el Real Madrid y el Sevilla. El más peligroso me parece el primero, tiene una plantilla muy larga, algo mayor eso sí, y que va a notar la ausencia de Albelda. El Madrid seguirá arañando puntos, Capello es un maestro en eso, y parece que ya se ha dado cuenta de que Robinho debe jugar. Pero no le veo nivel para dominar el campeonato con claridad. El Sevilla lleva años haciendo las tareas mejor que nadie, la duda es si podrá mantener la regularidad tantos meses. Pero pienso que la llave de la Liga está en el poder de Ronaldinho, y ahora mismo la tiene escondida.

19 de octubre de 2006

Año difícil

No es obligatorio creerme pero cuando empezó la temporada tuve el presentimiento de que entre Ronaldinho y Eto’o se cocía una lesión pronto y para todo el año. Me parecía todo demasiado bonito para ser real. Tocaba sufrir, al menos eso pensé y lo sigo creyendo. Pero yo soy un gran pesimista.

De momento en Liga, sin un juego brillante, ha sacado un puñado de puntos, bastantes más que el año pasado a estas alturas. Pero entonces le veía otra cosa, una capacidad y una potencia demoledoras. Es una pena que no ganara la Champions a lo grande, tenía equipo de sobra para habernos dejado a todos con la boca abierta el día de la final, nos tuvimos que conformar (es un decir) con una remontada algo afortunada.

Este año en teoría debe clasificarse al menos para la segunda fase, pero el último partido puede ser decisivo, en casa contra el Werder Bremen. Creo recordar que la otra vez que el Barcelona ganó la Copa de Europa, al año siguiente cayó en primera ronda.

Para mantener el nivel de juego, la concentración, la ambición, se necesitan ganadores. No sé si la actual plantilla tiene muchos de esos, tengo claro que Deco lo es, pero otros quizá se relajen. Es muy difícil mantener esos valores después de ganarlo todo. Los fichajes han sido buenos, pero Larsson era único.

Eusebio, el exjugador ahora en el cuerpo técnico, siempre ha dicho que los ciclos de los entrenadores son de tres años. Ni uno más. Una pena si esa verdad es irrevocable, Rijkaard es todo un caballero y un gran técnico al que echaré de menos.

Así que no pretendo ser un cenizo pero creo que este año no habrá títulos, lo cual no sería ninguna desgracia, los aficionados del equipo llevan tiempo disfrutando, y el fútbol son ciclos.

16 de octubre de 2006

Crisis blanca

Mala pinta tiene este Real Madrid que no tira a puerta en Getafe, y que parece desmotivado al sexto partido. Me imagino ayer a Capello abroncando a los jugadores. Y digo yo, a él, ¿Quién se atreve a decirle algo?. Es de ese tipo de entrenadores “intocables”, que cuando hablan se para el mundo. Nunca tienen culpa de nada malo. Cualquiera se atreve a decirle que el año pasado entrenaba al equipo descendido a Segunda por tramposo. Él siempre encabeza los éxitos con esa cara de seriedad infinita que tiene. Como dice mi amigo Pedro, en eso se parece a Cruyff, tipo altivo donde los haya. Menos mal que a éste por lo menos le gustaba el buen fútbol.

Dicen que el italiano no era la apuesta inicial, que Schuster era el que más le gustaba a Ramón Calderón. Mijatovic, con su larga experiencia como director técnico, prefirió a Capello. Supongo que simplemente quiso ir sobre seguro, el italiano tenía mucha más experiencia y Pedja pensaría que difícilmente no ganarían la liga con él. Está a tiempo de conseguirlo, pero el futuro no te lo puedes asegurar nunca, por mucho dinero y poder que tengas. El montenegrino tardará, pero al final se dará cuenta de ello.

Los fichajes que se vendieron en campaña, Cesc, Kaká y Robben, no tienen nada que ver con lo que finalmente se hizo, y ahora el equipo necesita esa calidad que Capello se empeña en desdeñar. Que juegue Emerson es un insulto a la historia del equipo. Con Diarrá le sobra para destruir el juego rival. Sacando a los dos consigues destruir hasta tu propio juego. Además, si tienes buenos jugadores, hay poco que defender porque tú tienes la pelota. Pero esto no le cabe en la cabeza al entrenador. Lo que si le cabe es desprenderse de Baptista, o tener a Robinho en el banquillo. Sólo la experiencia y, si la tienen, la casta, puede salvar a este equipo, maltratado por presidentes, entrenadores y vestuarios. Eso este año, pero ¿Y dentro de dos, cuando los fichajes del verano estén para retirarse?. ¿Quién le salvará?. ¿Roberto Carlos?. Son capaces de volverle a renovar, con subida de sueldo incluida.

9 de octubre de 2006

Argentina & Uruguay


Las pasadas vacaciones visité Argentina y Uruguay, territorios futboleros a tope, que no me decepcionaron en absoluto. Pude ir a la Bombonera, el día que Boca jugó contra el Godoy Cruz de Mendoza, y que sirvió para celebrar la victoria frente al Sao Paulo en la final de la Recopa sudamericana. Además, era el primer partido sin el Coco Basile como entrenador, ya que se va a la selección nuevamente, y acudió a despedirse de la afición. Todo ello hizo que el ambiente fuera impresionante. No soy un asiduo de los campos de primera división, el fútbol sale caro y se ve muy bien en la tele, pero desde luego lo que puede apreciar allí fue incomparable, no había visto nada parecido en Europa, ni siquiera en Anfield Road, donde tuve la oportunidad hace varios años de ver un Liverpool – Barcelona. No me caben dudas, allí, en ese campo, el fútbol se vive con una pasión inusitada.

Pero lo más emocionante para mí ocurrió en Montevideo, donde hicimos una visita el mítico estadio Centenario, donde se jugó la primera final de un mundial, en 1930, y donde por apenas un euro y medio pude visitar el campo, ver el museo que tienen acerca de la historia del fútbol uruguayo, incluso vimos un vídeo de aquella primera final en la que vencieron a Argentina por cuatro a dos, y subir en ascensor a la llamada Torre del Homenaje, desde donde hay una panorámica preciosa de la ciudad. El museo era historia pura, los años gloriosos de la celeste, estaba llenos de fotografías de la época, de recortes de periódicos contando las epopeyas que una tras otra iba realizando el equipo de ese pequeño país. Allí aparecía por todos lados Obdulio Varela, el gran capitán de 1950, con quien Uruguay no conoció la derrota en su intervención mundialista (la primera vez que perdieron un partido fue en la prórroga de la semifinal de 1954, ante Hungría por cuatro a dos también, y Obdulio estaba lesionado), el hombre que el día del maracanazo, tras el gol de Brasil y ante el delirio de la afición, fue despacio a por el balón, y con su parsimonia y su mirada desafiante comenzó a convertir aquella fiesta en una tragedia. También estaban Schiaffino, Ghiggia, los autores de los dos goles que remontaron ese partido, el día que David se comió a Goliat sobre un terreno de juego. Y tantos otros.

Y multitud de trofeos ganados con clase y raza. Cabe recordar que Uruguay fue dos veces campeona olímpica en los años veinte, y que por ejemplo se hizo con seis de las diez primeras ediciones de la Copa de América. Creo que aún no le ha superado Argentina en triunfos, pienso que ambas contabilizan catorce entorchados.

Todo ello es una historia inimaginable para un país que ahora tiene poco más de tres millones de habitantes, y que es la tercera parte de España, pero el presente es más complicado. La liga uruguaya no tiene casi nivel, y cualquier jugador que despunta va corriendo a Europa. Australia la dejó sin ir al mundial, y pude comprobar hablando allí con los montevideanos, gente amabilísima, que de alguna manera se había perdido la identificación entre público y selección. Nos daban a entender que, en un partido importante, los jugadores ya miraban más por ellos que por el país, y que preferían meter ellos un gol, si ello les suponía un buen contrato en Europa, que cedérselo a un compañero. Es una pena.

Todo el mundo, en ambos países, nos preguntaba de qué equipo éramos. No conciben no ser de ninguno. Y por la noche, en los hoteles, cuando llegábamos, bastante cansados, siempre ponía la televisión para ver un poco de algún partido que seguro emitían por alguna cadena. En un pueblo al norte de Argentina, llamado Cafayate, donde hay multitud de bodegas nos dieron una charla de las diversas fases por las que pasaba la elaboración del vino. Pues bien, el chaval que hablaba, de repente, se cayó, pareció pensar y nos preguntó. ¿De qué equipo son ustedes?.

Despelote

He estado un tiempo sin escribir en el blog, por diversas circunstancias, entre otras las vacaciones. Procuraré aplicarme a partir de ahora.

La selección ha llegado a una situación límite. Luis Aragonés debe irse, porque no parece posible revertir la tendencia. Las cosas han degenerado demasiado, los jugadores no le creen, hay mal ambiente, y cuando se llega a esto hay que tener la mente fría y no ser egoísta. No creo que Luis sea tonto, aunque últimamente parece enloquecido, y por tanto él sabe positivamente que esto ya lo tiene que sacar adelante otro. En su tono de voz creo adivinar que no se le escapa que no le queda nada en el cargo ¿A quién elegiría? Creo que ya lo dije, yo ficharía a un entrenador extranjero, de mano dura o con personalidad acreditada: Scolari, Lippi, Capello, quizá Hiddink o incluso Schuster. De los nacionales sólo Benítez.

Ahora bien:

Veo una tendencia a echar la culpa a la federación. Evidentemente Villar no tiene dos luces, y oírle hablar es un ejercicio doloroso, pero eso no exculpa a los verdaderos responsables sobre el terreno de juego. Italia fue campeona del mundo con un escándalo terrible de despachos. Ellos se unieron en el peor momento, los nuestros mientras demuestran ser una banda.

El debate sobre Raúl es superficial. Yo le hubiera llevado, pero sólo porque lucha más que nadie. Ahora mismo no es indiscutible, no marca la diferencia, puedes convocarlo o prescindir de él y ninguna de las dos cosas debería ser noticia.

Algunos de los que crucificaron a Clemente, ahora mantienen una línea más neutral. Eso es tener cara. Como el vasco no les caía bien (es bastante borde, eso no lo duda nadie), había que machacarlo, y no pararon de hacerlo hasta echarle. Pero ojo, estuvo siete años de seleccionador, y sus dos primeros fueron bastante mejores que los de Luis. Formó un equipo compacto, no teniendo tanta calidad para elegir como hay ahora, y alcanzó niveles de juego muy buenos, en el mundial del 94 y sobre todo en la fase de clasificación para la eurocopa siguiente. Comparar aquella selección con la de ahora, que se clasifica en la repesca, hace un partido bueno contra Ucrania y se monta un show indecente, es un insulto.

Los jugadores. Esa es la clave. No parecen unidos. Casillas nos ha malacostumbrado, y ahora no para ni una difícil. Se vierten muchas críticas contra Puyol, que no ha estado acertado en los últimos meses, pero le pasa como a Raúl, que lucha hasta la extenuación. Remata de cabeza y es el que primero baja a defender. Juanito no mejora a Ramos como central, pero con eso evita llamar a Salgado, a quien pienso que Luis no traga, lo cual tampoco me extraña mucho. En el lateral izquierdo hay un verdadero baile. Salen y entran jugadores, todos parecen mediocres. El centro del campo se llena de jugones, que se dedican a pasarse la pelota en horizontal, ahí hace falta un poco más de mordiente. Xavi, Iniesta, Cesc… demasiados jugadores parecidos, y poca banda. Torres parece volver al nivel anterior al mundial, o sea, bajo, y Villa, que ahora es el crack, solo no puede.
No tenemos tanta calidad como para prescindir de Vicente, pero parece que el que no quiere ir es él. Luque y Morientes a mí me parecen fijos, pero Luis ya no cuenta con ellos. Los dos han aprovechado para rajar del entrenador, convirtiendo a la selección en un despelote. Joaquín afirma que así es, pero sería mejor que aprendiera a tirar a portería en vez de hablar tanto, y contribuir él a que sea así, sobre todo cuando ha tenido tantas oportunidades y ha aportado tan poco, y cada vez menos.

Y lo más sangrante: me comentan que Luis no se habla prácticamente con Villar, ni con Sáez. No hay por tanto conexión con las divisiones inferiores. Esto es un escándalo.

Es una pena, tantas oportunidades perdidas para llegar lejos y ahora parece que estamos peor que nunca. No veo factible que esto pueda mejorar pronto, quizá nos quedemos sin ir a la eurocopa, espero equivocarme.